¿Has organizado una comida, una fiesta o una cena de picoteo? No puede faltar una buena tabla de embutidos, que no solo es fácil de montar sino, además, una auténtica delicia a la hora de degustarla. Es uno de los mejores entrantes que puedes encontrar, ¡y hará que todos tus invitados disfruten de lo lindo! Si no sabes bien qué debe tener una buena tabla de embutidos, sigue leyendo porque nosotros te echamos una mano. ¡Dejarás a tus amigos y familiares con la boca abierta!

Contenidos
Selección de embutidos
Hay dos cosas fundamentales que una tabla de embutidos debe tener: un lugar donde montarla, la tabla propiamente dicha, y los embutidos. Pero, claro, ¿qué embutidos ponemos exactamente? Esta es la primera pregunta que deberás hacerte. Pese a que hay algunos que nosotros consideramos que jamás deben faltar, hay otros que son totalmente optativos, y que van a depender de tu gusto. A continuación, te vamos a señalar qué creemos que no debe faltar en ningún momento:
- Jamón. Ya sea serrano o ibérico, ¡es todo un acierto! Casi todo el mundo disfruta de su sabor y de su textura, y eso hará que vuele en apenas minutos.
- Fuet. ¡Otro de los grandes preferidos! Porque es una auténtica delicia que todo el mundo sabe apreciar.
- Chorizo. Para los más atrevidos, un buen chorizo picante puede marcar la diferencia. Eso sí, no te recomendamos abusar.
- Morcilla. Como sucede con el chorizo, esta también es una apuesta que a no todos convence. No obstante, ¡continúa siendo un manjar! Especialmente, si tanto tú como tus invitados disfrutáis con su peculiar sabor. Así que incorpórala sin miedo, y que todo el mundo se atreva a probarla.
- Lomo embuchado. Sencillo, más suave que los dos anteriores, y perfecto para acompañar con palillos.
- Salami. Su sabor, picante y diferente, puede ser una opción algo arriesgada, pero no podemos negar que es capaz de seducir a cualquiera.
Más allá de estos, puedes apostar por otros embutidos diferentes. Por ejemplo, pollo o pavo que tengan pimienta, trufa, ¡o incluso trozos de aceitunas! La clave, para nosotros, es ir experimentando para ver qué es lo que más te gusta y, sobre todo, qué combinaciones te resultan más interesantes.
Acompañamientos y guarniciones
Las famosas cenas de picoteo, en las que estas tablas son la base central, no solo traen consigo embutidos, sino muchos más acompañamientos. Por ejemplo, ¡los quesos! Da igual de qué tipo o estilo estés hablando, si prefieres uno más fuerte u otro más suave, pero jamás debe faltar queso en tu tabla. Posteriormente hablaremos de combinaciones y maridajes para echarte una mano, ¡pero considéralo un imprescindible de forma rotunda!

Junto al queso, nosotros apostaríamos por introducir rebanadas de diferentes tipos de panes. De esta manera, los invitados podrán prepararse el embutido y el pan como si de distintas tapas se trataran, cada una con combinaciones a su gusto y estilo. Si acompañas el pan con algún tipo de aceite de oliva, o incluso con tomate triturado, ¡será excepcional! Por supuesto, no deben faltar unas buenas aceitunas, que quedan bien con cualquier otro plato.

Más allá de todas las ideas que ya hemos dado, no podemos dejar de recomendar introducir frutos secos. Nueces, almendras, cacahuetes… Su salazón es una combinación perfecta con los embutidos y el queso, especialmente en el caso de las nueces. Y, por último, puedes ser más atrevido e incorporar mermeladas. ¡O membrillo! Ese toque dulce puede marcar el contraste, especialmente con los quesos. Lo mismo sucede con ciertas frutas frescas, como las uvas, que, además, encajan a la perfección con el queso.
Preparación de la tabla
Pasamos al momento estrella, a preparar la tabla como tal. Es imprescindible que escojas bien un lugar donde montar todos los embutidos. En el mercado hay una inmensa variedad de tablas de madera, de formas y tamaños dispares, que harán que la presentación sea una maravilla.
Tras esto, te recomendamos que vayas colocando las lonchas poco a poco, en capas ordenadas. Es más, puedes jugar a modo estético (como te explicaremos más adelante), y conseguirás crear casi una obra de arte. Es importante que los embutidos no se pisen entre ellos, sino que haya espacio, puesto que así conseguirás que cada uno conserve sus sabores. Por supuesto, debe suceder lo mismo con los quesos y el pan, siendo especialmente importante que este último esté libre de todo contacto con otros alimentos.
En cuanto a las aceitunas, te recomendamos colocarlas en un cuenco diferente, aunque podrías optar por poner ese cuenco encima de la tabla. Todo dependerá un poco del espacio que tengas disponible. Si te decides a incorporar pequeños tazones, llénalos no solo de aceitunas, sino también de pepinillos u otros encurtidos para aportar variedad.

Por último, si quieres introducir palillos, te recomendamos hacer lo mismo que con el pan: procurar que no toquen otros alimentos. De esta manera, estarán libres de sabores cruzados, y tus invitados disfrutarán mucho más.
Presentación estética
Si ya tienes preparada la tabla, toca darle un par de detalles para conseguir que la presentación estética sea mucho más atractiva a nivel visual. Puedes, por ejemplo, añadir ramas de romero u hojas de albahaca en espacios que queden vacíos. Esto aportará un toque de color totalmente diferente.
Separa bien los embutidos y, en los espacios intermedios, puedes aprovechar para introducir recipientes con encurtidos, salsas o mermeladas. Si quieres ofrecer tomate triturado para el pan, por ejemplo, es un buen método para hacerlo. O si quieres poner pequeños tomates Cherry, que combinarán a la perfección con el jamón.

No sobrecargues en exceso la tabla; juega un poco con los espacios, teniendo siempre claro qué es lo que quieres ofrecer y, en base a eso, qué combinaciones son posibles. Si lo pones bien ordenado, tus invitados lo agradecerán notablemente.
Combinaciones y maridaje
Es interesante que, al diseñar una tabla de embutidos, pienses también en las posibles combinaciones. Por ejemplo, una rebanada de pan con jamón serrano y tomate. O un trozo de queso con uvas. O incluso morcilla con pimientos asados, una mezcla ganadora en todos los sentidos.
Cuando tengas claro qué mezclas o combinaciones quieres hacer, tenlo en cuenta a la hora de diseñar la presentación. Pese a todo, no te vuelvas loco si crees que no encaja al completo, puesto que siempre podrás darles tú las opciones a los comensales. Bastará con que tengas claro cuáles son los mejores maridajes, y señalárselos cuando vayan a comer.
Consideraciones finales
Como puedes apreciar, las tablas de embutidos son todo un acierto, se mire por donde se mire. Son versátiles, sabrosas, permiten a los invitados que prueben lo que realmente les apetece, ¡y quedan muy bien en la mesa! No obstante, no podemos dejar aquí el post, sin darte unos consejos finales:
- Mantén los embutidos refrigerados hasta media hora antes de servir, más o menos. Si los sacas en ese momento del frigorífico, a la hora de comerlos estarán mucho más sabrosos.
- Apuesta por las lonchas finas, puesto que son mejores para presentarlos. ¡Podrás incluso hacer flores y formas!
- Ten en cuenta las posibles restricciones de comida de las personas a las que vas a invitar, para poder ofrecer opciones alternativas.
- La presentación importa, ¡pero la calidad del producto mucho más! Si no eres una persona creativa, no te preocupes: ofrece algo simple, sencillo, pero muy sabroso.
Esperamos haberte ayudado a la hora de confeccionar tu tabla de embutidos.