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¿Se puede congelar el jamón? te lo explicamos todo aquí

¿Te has preguntado en alguna ocasión si se puede congelar el jamón ibérico, o si pierde sus propiedades organolépticas al hacerlo? ¡Hoy vamos a hablar de ello! Porque si bien no es lo ideal, hay ocasiones en las que no queda más remedio, ya sea porque el producto no se va a consumir en mucho tiempo o porque lo va a comer una persona embarazada. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo y con todo lujo de detalles.

jamón loncheado y congelado

¿Es posible congelar jamón ibérico?

Para esta pregunta tenemos una respuesta muy corta: sí, puedes congelar jamón ibérico. Mas es cierto que hay que tener en cuenta una gran cantidad de factores para que nos aseguremos de que el jamón va a conservar todas sus cualidades. Por ejemplo, es imprescindible que esté cortado en lonchas, y que se siga una preparación previa al introducirlo en el congelador.

Lo cierto es que, pese a que haya quien lo critique, la congelación no altera en absoluto el valor nutricional del jamón. Y es que no modifica en ningún momento ni los nutrientes que tiene ni sus propiedades nutricionales. Sí que puede alterar sus propiedades organolépticas, y es aquí donde debemos ser especialmente cuidadosos. Por suerte, si sigues ciertos cuidados, evitarás dañar el producto y podrás disfrutar de tu jamón siempre que lo desees.

Razones para congelar el jamón

Congelar jamón ibérico o serrano puede ser una solución práctica y eficaz para prolongar su vida útil y reducir el desperdicio. En situaciones donde no se puede consumir todo el jamón a tiempo, la congelación permite conservar su calidad y sabor por más tiempo. Esto es especialmente útil si compras una pieza grande o si deseas aprovechar ofertas y promociones.

Además, congelar el jamón puede ayudarte a mantener una reserva de este exquisito manjar para ocasiones especiales, asegurando que siempre tengas a mano un ingrediente de alta calidad para tus recetas. Sin embargo, es crucial hacerlo correctamente para preservar las características del jamón y evitar cualquier impacto negativo en su sabor y textura.

Preparación previa al congelado: Consejos para garantizar la frescura y calidad

Como hemos señalado, para conseguir que el proceso de congelación no dañe el sabor y la textura de nuestro jamón, es imprescindible ser cuidadoso y tener todos los factores en cuenta. Y, para ello, hay ciertos pasos que debes seguir sí o sí antes de guardarlo en el congelador.

En primer lugar, te recomendamos que te asegures de que está en las mejores condiciones. Lo ideal es que esté recién cortado en lonchas, para así garantizar que está completamente fresco. En caso de que haya estado un tiempo prolongado expuesto al aire, te recomendamos que lo consumas en lugar de congelarlo, puesto que probablemente no esté preparado para que lo guardes durante mucho tiempo.

Junto a esto, sería interesante que se eliminara cualquier tipo de exceso de grasa; esta puede llegar a oxidarse durante el almacenamiento, y modificar el sabor del jamón.

Cuando ya tengas todo esto hecho, debes saber que lo mejor es sellar al vacío todas las lonchas de jamón. Al estar bien sellado, se evitará que se pierda su humedad, y no se contaminará de otros olores o sabores. Si no tienes una máquina para sellar al vacío, lo mejor es que apuestes por envolverlo o bien con papel film o bien con papel de aluminio. ¡Y ya estará listo para que lo congeles!

Cómo congelar jamón ibérico correctamente

Si ya has seguido todos los pasos que te hemos señalado hasta ahora, debes saber que tu jamón está prácticamente preparado para congelarlo. Pero aún puedes dar algunos pasos más, para así garantizar que se mantenga en buen estado durante el máximo tiempo posible. Y es que puedes introducir las lonchas en un recipiente hermético, bien sellado y apto para el congelador. Gracias a eso, podrás evitar la entrada de aire en el producto. Este aire congelado podría provocar quemaduras en la carne y, por desgracia, hacer que su calidad bajara estrepitosamente.

congelador con jamón, verduras y diferentes productos y compartimentos

No coloques el jamón cerca de otros alimentos que tengan muchos olores, pese a que lo hayas preparado previamente para evitar contaminaciones. ¡Es algo que agradecerás cuando lo vayas a consumir!

Cuánto tiempo se puede almacenar en el congelador

Pese a que haya una creencia de que la carne puede estar congelada durante prácticamente años sin ponerse en mal estado, esto no es del todo así. Lo recomendable, al menos en el caso del jamón ibérico, es que se consuma entre los tres y lo seis meses posteriores a la congelación. Y es que el tiempo de almacenamiento puede afectar de forma negativa a su sabor y, además, a su textura.

No te preocupes si te pasas un poco con el tiempo de congelado, puesto que puede aguantar algo más. Eso sí, podría ser que te encontrases con el problema de que la textura ha variado ligeramente, o su sabor es menos intenso.

Cómo descongelar el jamón de forma correcta

No solo es importante el cómo congeles el jamón, sino también cómo lo descongeles. Lo ideal es que lo hagas de forma lenta, y que tengas constantemente el control sobre la temperatura de este, para así evitar cambios bruscos que pudieran afectar a su calidad. En este sentido, lo mejor que puedes hacer es colocarlo en el frigorífico durante 24 o 48 horas antes de que lo vayas a consumir. De este modo, sabrás que el proceso no es radical.

Evita descongelarlo a temperatura ambiente; pese a que te parezca lo más rápido, esto puede favorecer el crecimiento de las bacterias y, por desgracia, comprometer tu seguridad. Y, por supuesto, el jamón que se haya descongelado no se puede volver a congelar de nuevo.

Cuando pasen esas 24 o 48 horas, sí que puedes sacar el jamón a temperatura ambiente durante una media hora más o menos antes de consumirlo. Eso hará que suelte esa grasilla que tanto valoramos por su sabor y textura, y que disfrutes como nunca de esas lonchas.

¿Se puede recongelar el jamón una vez descongelado?

Una de las preguntas más comunes al hablar de la congelación del jamón ibérico es si es posible volver a congelarlo después de haberlo descongelado. La respuesta es clara: no es recomendable. Cuando el jamón se descongela, especialmente si no se realiza de forma adecuada (es decir, lentamente en el refrigerador), existe un riesgo de proliferación bacteriana que puede comprometer la seguridad del alimento.

Además, el proceso de congelar y descongelar repetidamente afecta significativamente a la textura y sabor del jamón. Al recongelarlo, la humedad natural que se pierde durante cada descongelación hace que el producto sea más seco y menos jugoso, disminuyendo su calidad organoléptica. Por lo tanto, es mejor descongelar solo la cantidad que se planea consumir en ese momento y almacenar el resto en porciones separadas. De este modo, podrás disfrutar del jamón en su máxima frescura sin riesgos ni pérdidas de calidad.

¿Cómo afecta la textura y el sabor del jamón ibérico al congelarse?

Es cierto que te hemos señalado en todo momento que es posible congelar el jamón ibérico, pero es importante que tengas en cuenta que todo este proceso puede afectar tanto a su textura como a su sabor en mayor o menor medida. Hay quienes notan mucho su sequedad tras el proceso de congelación, por ejemplo, porque la grasa no adquiere de nuevo su textura inicial. Si eres cuidadoso al respecto, y si sigues todos los pasos que te hemos señalado antes, puede que no tengas este problema.

En cuanto al sabor, también hay quienes señalan que se notan pequeñas diferencias después de haberlo congelado. No obstante, hay otros tantos que creen que esta pérdida de sabor es tan baja que merece la pena soportarla, sobre todo porque se podrá mantener en buenas condiciones durante mucho más tiempo.

Alternativas a la congelación

Si prefieres no congelar tu jamón ibérico, hay varias alternativas que puedes considerar para conservarlo fresco durante más tiempo:

  • Envoltura de Papel Encerado: Envuelve el jamón ibérico en papel encerado y guárdalo en el refrigerador. Esto ayudará a mantenerlo fresco y protegido del aire durante más tiempo.
  • Bolsas de Vacío: Utiliza bolsas de vacío para envasar al vacío el jamón ibérico. Esto elimina el aire y evita la oxidación, lo que prolonga su frescura.
  • Consumo Rápido: Si planeas consumir el jamón ibérico en un corto periodo de tiempo, simplemente guárdalo en un lugar fresco y seco, como un armario oscuro o una despensa fresca.

Al elegir una de estas alternativas, es importante mantener el jamón ibérico alejado de fuentes de calor y luz directa, y asegurarse de que esté bien protegido para evitar la oxidación y la pérdida de frescura. ¡Qué disfrutes!

Para terminar, te dejamos con algunas recetas interesantes con jamón:

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