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Diferencias entre un Jamón de Reserva y uno de Bodega

Comprar un jamón puede llegar a ser un proceso complicado, sobre todo si no se conoce demasiado de este mundo. En ocasiones, nos dejamos influir más por el precio que por el propio etiquetado del jamón, puesto que no somos capaces de descifrar este último. Si esto te ha sucedido a ti, ¡continúa leyendo! Porque tenemos la guía definitiva para que puedas distinguir entre diferentes tipos de jamón sin problema.

empezando un jamón serrano

La procedencia del jamón

Lo primero que debes saber es que debemos distinguir entre el jamón ibérico y el jamón de cerdo blanco. Mientras que el primero procede de cerdos ibéricos al 100 %, o mezclas con alta concentración de cerdo ibérico, cuando hablamos de jamón de cerdo blanco nos referimos a otras razas. Normalmente, estas son Duroc, Pietrain, Large White o Landrace.

La diferencia fundamental entre ambos es que estos últimos se crían a base de piensos y cereales en lugar de basar su alimentación en la bellota, entre otras tantas disparidades que podrás encontrar. Como los tiempos de curación, puesto que en el caso del jamón ibérico este periodo de curado se extiende mucho más.

El jamón serrano: qué es y qué lo distingue del resto

El jamón que nos trae hoy aquí es el conocido como jamón blanco. El más conocido dentro de esta amplia catalogación es el jamón serrano, tanto por su sabor como por la gran calidad que tiene. Este se corresponde con lo que se conoce como una Especialidad Tradicional Garantizada, que es una figura de calidad proporcionada por la propia Unión Europea. Lo que se busca con esto es proteger el método de elaboración; solo aquellos jamones que cumplen las condiciones pautadas pueden usar el término de jamón serrano en sus etiquetados.

Tradicionalmente, se hablaba de jamones serranos haciendo referencia a aquellos que habían sido curados en una zona específica. Normalmente, en pueblos cercanos a la sierra, donde la temperatura y el clima ayudaban a que se realizase este tratamiento en las mejores condiciones.

Pero ¿sabías que dependiendo de los tiempos de curación también hay diferentes tipos de jamón serrano? Como indica el Real Decreto 474/2014, de 13 de junio de 2014, por el que se aprueba la norma de calidad de derivados cárnicos, esto debe aparecer siempre indicado en el etiquetado. Y hay dos menciones que nos interesan especialmente hoy: el jamón de bodega y el jamón de reserva. Porque tanto los precios como la calidad de ambos productos son muy diferentes, ¡y es muy importante saber distinguirlos!

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Qué es un jamón de bodega

En primer lugar, debes saber que un jamón de bodega debe haber pasado como mínimo 9 meses durante el proceso de curación. Es por eso por lo que su coste es menor, puesto que el tiempo de curación es más bajo. A la hora de distinguirlos en un comercio, debes saber que no se suelen comercializar las piezas enteras sino que lo encontrarás en paquetes envasados al vacío.

Pese a que hay quien señala al jamón de bodega como un jamón de peor calidad, lo cierto es que no es del todo así. Pasan unos controles muy rigurosos y continúan ofreciendo tanto un sabor potente como una textura increíble. La diferencia es, como hemos visto, el tiempo de curación. Y es esto lo que también marca la distinción del precio, porque requiere menos inversión económica en este sentido.

Qué es un jamón de reserva

Por otra parte, puedes encontrar el jamón de reserva. En este caso, el tiempo de curación asciende hasta los 12 meses como poco. Es importante asegurarse en el etiquetado de que el tiempo mínimo ha sido de un año, puesto que es algo que posteriormente influirá tanto en la calidad del producto como en su sabor. Sin duda, es un producto de una gran calidad que hará que todo el mundo que esté en la mesa quiera repetir.

El hecho de que pase más tiempo en la curación hace que tenga un sabor menos salado. Esto se debe a que contiene menos sodio que el jamón de bodega. Además, la carne pasa a tener un color rosado, menos intenso que el de los jamones ibéricos por ejemplo. Tampoco cuentan con tanta grasa como estos últimos.

Existe otra catalogación que responde al nombre de jamones Gran Reserva. Se usa para distinguir aquellos productos que han pasado más de 15 meses en el proceso de curación, y acaban por ser los más demandados. Lo cierto es que son más caros, pero también lo es la calidad.

jamón de bellota (reserva) de Vallejan
Jamón de bellota de Vallejan

Cómo saber la diferencia entre jamón de reserva y uno de bodega

Como hemos señalado, la diferencia entre un jamón de reserva y uno de bodega es notable. No solo en los precios, sino también en el sabor que nosotros lleguemos a recibir de estos productos. Es por eso por lo que es fundamental saber distinguirlos a la hora de comprarlos, y que no acaben por darnos gato por liebre.

Pero ¿cómo lo conseguimos? A simple vista puede ser bastante complicado. Ambos tipos tienen la misma pezuña, blanca, con lo cual puede llegar a ser complejo. El etiquetado acaba por ser clave en este sentido. Si cumple la normativa, en este deberá aparecer indicado exactamente cuál ha sido el tiempo de curación de la pieza.

Pese a que pueda parecer que el jamón de reserva es peor que el de bodega, lo cierto es que esto no es del todo así. Si bien es cierto que debemos saber distinguirlos para así poder escoger el más adecuado en cada situación, lo ideal es poder disfrutar de todos. Puesto que cada pieza de este alimento es un auténtico manjar.

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