Tanto si ya estás embarazada como si planeas estarlo, o si es tu pareja quien lo está, el tema de los embutidos siempre acaba por salir en las conversaciones. En la mayoría de las ocasiones, lo que se escucha respecto al embarazo y el consumo de embutidos no son más que bulos que han circulado desde hace años. Creencias erróneas que, por suerte, la ciencia ya puede desmontar con tranquilidad. Así que, si estás embarazada y te preocupa tu salud, pero te apetece comer algún tipo de embutido, ¡sigue leyendo! Porque nosotros te vamos a resolver muchas dudas.

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La toxoplasmosis y los embutidos
La alimentación de una persona embarazada es fundamental, puesto que no solo se está alimentando a sí misma, sino también al futuro bebé. Es lógico preocuparse, puesto que es bien sabido que el consumo de algunos alimentos puede conllevar una enfermedad conocida como toxoplasmosis. Esta se produce por el consumo de un parásito, conocido como toxoplasma gondii, que se encuentra presente en el intestino de los cerdos. Y, como sin duda ya habrás escuchado, también en el de algunos gatos. No te preocupes si un felino vive contigo, puesto que con una visita al veterinario este podrá confirmarte si tiene toxoplasmosis. ¡Y no tiene por qué tenerla!
Además de la archiconocida toxoplasmosis, también son un problema la listeriosis y la triquinosis, aunque sean menos conocidas. La clave para evitar estas enfermedades es consumir tanto carne como pescado que haya sido previamente tratada. Lo ideal es que la carne haya sido cocinada a más de cincuenta grados, o que haya sido congelada durante más de dos días a una temperatura de unos veinte grados bajo cero.
Si bien es cierto que los adultos pueden superar este tipo de enfermedades sin problemas, no sucede esto con los bebés. Durante el primer trimestre de embarazo, por ejemplo, la toxoplasmosis puede producir malformaciones, cegueras o incluso provocar un aborto. Entonces, ¿debemos evitar por completo todos los embutidos? ¡No hay que ser tan drásticos! Lo primero que debes hacer es realizarte un test de toxoplasmosis, y ver si das negativo o positivo. Si ya has padecido esta enfermedad, debes consultarlo con tu médico puesto que son muchos los expertos que permiten comer todo tipo de embutidos. Al fin y al cabo, ¡es una enfermedad que solo se da una vez! Pero, en caso de dar negativo, ¡sigue leyendo!
¿Qué embutidos puede comer una embarazada?
No te estarán vetados automáticamente todos los embutidos por el mero hecho de estar embarazada, puesto que hay algunos que sí podrás consumir. Los más recomendados son el Jamón de York, o jamón cocido, y el pavo cocido. Sobre todo, por las propiedades nutricionales que estos tienen. Y porque, como su nombre indica, están cocidos. ¡No tendrás que preocuparte por bacterias o enfermedades!
Más allá de estos, hay otros embutidos que también podrás consumir sin problemas:
- La butifarra podrá formar parte de tu dieta de forma ocasional, siempre y cuando haya sido cocida. Eso sí, la cruda tendrás que cocinarla previamente.
- La morcilla y el chorizo podrás comerlos con moderación, previamente cocinados.
- La sobrasada cocida no será un problema.
- Tanto el bacon como la cecina, o incluso el lacón, podrás consumirlos siempre y cuando los hayas frito antes.
- No tendrás que preocuparte jamás por las salchichas, siempre que estas estén cocidas.
En cuanto a los quesos, tendrás que apostar siempre por aquellos realizados con leche pasteurizada. Lo normal es que puedas consumir quesos curados, duros o incluso de untar, pero revisa bien las etiquetas para no tener ningún problema.
¿Qué embutidos no debe comer una embarazada?
Por desgracia, hay ciertos embutidos que deberían evitarse en el embarazo. ¡No te va a gustar lo que te vamos a decir ahora! Porque puede que, algunos de ellos, formen parte de tu lista de antojos durante este proceso.
- En primer lugar, y como ya sabrás de sobra, debes evitar el jamón serrano.
- Tampoco se recomienda el consumo de chorizo.
- El lomo embuchado tampoco es aconsejable.
- Ni el fuet ni el salchichón son recomendables, así como otros productos similares.
En el caso de los quesos azules, los blandos o incluso los frescos, tampoco es aconsejable consumirlos. Si la leche no está pasteurizada, podrían tener bacterias a las que el feto no reaccionase del todo bien.
¡No te lleves todavía las manos a la cabeza! Tenemos algunos trucos que, quizá, te resulte interesante conocer.
Consejos y trucos para disfrutar de los embutidos sin riesgos
Como sin duda recordarás, al principio del texto te hemos dicho que una de las formas de acabar con enfermedades como la toxoplasmosis es congelar la carne durante más de 48 horas a una temperatura de veinte grados bajo cero. ¡Puedes hacer justo esto! Si el congelador de tu casa alcanza estas temperaturas, podrás preparar previamente los embutidos para consumirlos. Por desgracia, es cierto que el sabor no es exactamente el mismo… ¡Pero es mucho mejor eso que nada!
Lo mejor es que lo hables directamente con tu médico, que te realice las pruebas necesarias y, a partir de ahí, decidas qué medidas tomar. Pero, al menos, ya sabes que no tienes que desterrar estos alimentos por completo si no quieres.
Salchichón ibérico y embarazo
¿Se te ha antojado salchichón ibérico y estás embarazada? ¡Mira que te entendemos! Por desgracia, este es uno de los embutidos que no se recomienda consumir si no lo congelas antes durante 48 horas. La carne cruda o semicruda podría contener toxoplasmosis, que afectaría al bebé no nato.
Si el antojo es muy, muy grande, siempre podrás congelarlo y asegurarte de que se cumplen todas las condiciones para eliminar el parásito. ¡Consulta siempre con un especialista antes de tomar una decisión!
Chorizo ibérico y embarazo
En el caso del chorizo ibérico, sucede exactamente lo mismo que con el salchichón: no podrás consumirlo crudo. La ventaja de esta carne es que se puede preparar, y puedes cocinarlo. Quizá el sabor no sea exactamente el mismo, pero así te asegurarás de eliminar cualquier tipo de riesgo a lo largo del embarazo.
Por último, recuerda que todos estos productos no suponen ningún riesgo si están cocinados. Así que, si tienes un antojo de croquetas de jamón ibérico o de chorizo guisado, puedes comer sin ningún problema.
▶️ Si lo que te preocupa es el jamón, descubre las claves en el post jamón y embarazo
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