Todos hemos escuchado alguna vez ese famoso dicho que dice que, del cerdo, hasta los andares. Y es que estamos hablando de un animal del que se aprovechan prácticamente todas sus partes. ¡No hay zona que no pueda consumirse! Además, cada una de las partes tiene su sabor, su corte específico, sus peculiaridades. Quédate con nosotros y descubre todas las partes de un cerdo y, sobre todo, cómo se le puede sacar partido al máximo.

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¿Cuáles son las partes de un cerdo?
El cerdo es uno de los animales a los que más partida se le saca en la cocina. Su carne se considera una de las que mayor jugosidad tiene, sobre todo la de ciertas zonas de las que hablaremos a continuación. Hay cientos de formas de cocinarla, e incluso se puede consumir en embutidos y su sabor no decepciona.
Pero ¿cuántas partes tiene exactamente un cerdo? Pues, a saber, tiene las siguientes:
- En primer lugar, tenemos la cabeza, de la que se suelen aprovechar la carrillada. ¡E incluso hay zonas en las que también se consumen las orejas! Y ¿quién no ha comido alguna vez morro de cerdo?
- En la parte inferior del cerdo, encontrarás la papada.
- Tras esto, podrás encontrar la paletilla, que son ambas patas delanteras. La parte inferior de esta se conoce como cocido, mientras que las manitas también se consumen en algunos guisos.
- La panceta se extrae sobre todo de la zona de la barriga alta del cerdo, donde se puede encontrar una zona con bastante grasa. ¡Y una textura totalmente increíble!
- Las patas traseras son las que se conocen como jamones, y lo cierto es que este producto casi no necesita presentación. No en vano hablamos de uno de los alimentos más valorados a nivel internacional. Su sabor, su fuerza y su aroma hacen de él un producto único.
- En la parte superior del cerdo, pegando al rabo, encontramos el lomo y el solomillo. ¡Y esta es una de las partes con mayor jugosidad del cerdo! Ya sea a la brasa o de cualquier otra manera, el solomillo es una de las carnes más apreciadas y valoradas hoy en día. El lomo es, a su vez, muy consumido por ser una carne sin apenas contenido en grasa, bastante limpia.
- En la parte más cercana a la cabeza, encontrarás la aguja, de donde procede la pluma ibérica. Y, si no la has probado, ¡no sabemos a qué esperas para hacerlo!
- Por último, entre la aguja y el lomo, encontrarás la chuleta de palo.
En este apartado hemos querido hacer una breve presentación de las partes del cerdo, pero debes saber que todas ellas esconden mucho, mucho más. ¡Y lo veremos a continuación! Sobre todo, aquellas que son más importantes.
Partes más jugosas y suaves
Si lo que estás buscando es la zona más jugosa del cerdo, esa capaz de prácticamente derretirse en tu boca, entonces necesitas hacerte con un buen solomillo. Es una de las partes más magras y cuenta con bastante grasa infiltrada, que es justo lo que le aporta su indescriptible sabor. Se encuentra cerca de la zona lumbar, y es quizá por eso por lo que carece de fibra y es tan magra. Ya sea al horno o a la plancha, es un plato único y cuyo sabor te dejará absolutamente sin palabras.
Parte más cara del cerdo
Hablar del despiece más caro de un cerdo es un tema complejo, puesto que va a depender también del tipo de cerdo, de la cantidad que se consuma y de muchos factores más. El producto que se ha considerado gourmet por excelencia ha sido el secreto ibérico, por lo deliciosa que es su carne. No obstante, conseguir un jamón ibérico de buena calidad también puede ser algo caro… ¡Y un placer totalmente indescriptible!
Partes del cerdo ibérico más importantes
Y pasemos a ver con detenimiento todos los despieces que se consumen del cerdo porque, al final, es justo eso lo que nos puede interesar. Además, vamos a ver sus peculiaridades y por qué son interesantes, o qué les caracteriza en cada caso. ¡No te lo pierdas!
Jamón ibérico
No podíamos comenzar por otro que no fuera el jamón ibérico. Al fin y al cabo, es uno de los productos más valorados y consumidos de nuestro país… ¡Y es por algo! Lo ideal es consumirlo totalmente crudo, aunque puede darse el caso de que lo incorpores a guisos o algunos platos, como las croquetas de jamón. Es una carne muy sabrosa, y que merece la pena probar aunque sea una vez en la vida.

Hay tres tipos de jamones: de cebo, de campo o el conocido como de bellota. Este es el que se considera de una mayor calidad (aquí más información acerca de los cerdos de bellota). En otros textos ya hemos explicado las diferencias, ¡así que no te las pierdas!
Paleta ibérica
La paleta ibérica es similar al jamón en apariencia, aunque realmente tiene poco que ver. Su proceso de curación es más bajo, se obtiene de las patas delanteras en lugar de las traseras, y puede comerse incluso guisado. El sabor es más intenso que el del jamón, aunque lo disfrutarás de la misma manera.

Lomo ibérico
El lomo se extrae de la parte superior del cerdo, y es una de las partes más usadas en la cocina. Es más, también lo encontrarás a modo de embutido. Es una carne que no es tan deliciosa como otras, pero con unas propiedades bastante limpias y con poca grasa, algo que también podríamos considerar una ventaja.

Secreto ibérico
Como hemos explicado arriba, es un tipo de carne que hoy en día se considera casi gourmet. Es una carne jugosa, que casi se derrite en la boca y que se consume en loncheados muy finos. Se recomienda cocinarla poco, para así consumir su sabor con la mejor de las texturas. A la parrilla es un auténtico manjar que deberías probar, al menos una vez en la vida.

Pluma ibérica
La pluma se encuentra en la parte posterior del cerdo, tiene mucho sabor pero su textura es algo más suave que la del secreto. Eso hace que incluso aquellos que no disfrutan mucho de la carne puedan comerla fácilmente. ¡Y les encantará! Se consume mucho a la brasa, puesto que se potencia su sabor.

Lagarto ibérico
Este corte se encuentra pegada al costillar del cerdo, junto al espinazo. Tiene una gran cantidad de grasa infiltrada, con lo cual es una carne muy jugosa. Normalmente, son piezas bastante pequeñas y es habitual que se vendan enteras en la carnicería. Lo ideal es cocinarlo a la plancha, aunque hay quien lo prefiere salteado con unas pocas verduras.

Presa ibérica
La presa es una de las carnes que más se consume del cerdo, sobre todo en restaurantes. Su carne es mucho más fibrosa, puesto que forma parte de un músculo que el animal ejercita constantemente. En este caso, tiene mucho sabor, es jugosa y su textura suele ser ligera. Normalmente, la sirven a la plancha puesto que se considera que así se puede disfrutar bien del sabor.

Carrillada ibérica
Se encuentra en la cabeza del cerdo, y es una zona que se utiliza mucho en cocina. En este caso, se requiere una cocción más larga para así poder ablandarla y sacarle todo el jugo. Gracias a eso, la carne es melosa, tierna y muy jugosa, un auténtico manjar. Lo ideal es consumirla en guisos, para así aprovechar su sabor al máximo.

Solomillo ibérico
Este es el corte clásico por excelencia, la pieza más codiciada y la más buscada. Tiene poca grasa, y una jugosidad increíble. Además, se puede cocinar de formas muy dispares, desde en guisos hasta a la plancha, pasando también por la brasa. Lo más recomendable es hacerlo de tal manera que no se pierda su sabor, para así disfrutarlo al máximo.

Panceta ibérica
Hemos dejado para el final otro de los cortes más famosos, en este caso el protagonista absoluto de todas las barbacoas. Es un despiece mucho más grueso, que se obtiene de las capas que se encuentran bajo la piel del cerdo. Se añade a arroces, a las migas o a cualquier guiso. ¡Y su sabor es totalmente inconfundible!

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