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Cómo conservar el embutido. Consejos y recomendaciones

No nos engañemos: a todos nos ha pasado alguna vez que no hemos guardado de forma conveniente un embutido, y se nos ha echado a perder. Ya sea porque no lo hemos envuelto con el material necesario, o porque no lo hemos conservado a la temperatura adecuada. ¡Y es un auténtico fastidio llegar y ver que el jamón ya no puede ser consumido! O el chorizo, o el salchichón, o cualquier otro embutido. Pero esos problemas se han acabado, porque con estos consejos podrás mantenerlos en buen estado todo el tiempo que quieras.

embutidos colgados al fresco curándose

Guárdalo en la nevera (o en un lugar fresco y seco)

Conservar los embutidos puede llegar a ser considerado casi un arte, especialmente si has optado por lonchearlo o cortarlo antes. En este sentido, aquí va nuestro primer consejo: si puedes evitarlo, no lo cortes en rodajas de una vez. Ve poco a poco, puesto que así se mantendrá mejor con el paso del tiempo. Pero ¿y si hemos comprado un jamón al vacío? Esos que vienen ya loncheados, y que se encuentran envueltos por completo. ¡No hay problema! Porque, mientras que se mantengan al vacío, estarán totalmente protegidos. Los mayores enemigos de cualquier embutido es el aire y el oxígeno, porque son estos los que se encargan de secar el producto.

Junto a esto, es muy importante conservarlo en lugar que sea fresco y, por supuesto, seco. Dependiendo de la temperatura que haga en ese momento en tu hogar, puedes incluso apostar por guardarlos en el frigorífico, puesto que así se conservarán mejor. Es cierto que el frío del frigorífico afecta a su sabor. No obstante, basta con sacarlo de nevera un rato antes de degustar para así volver a potenciar su sabor. Esto es especialmente interesante con el jamón, puesto que, al estar de nuevo a temperatura ambiente, se llenará de nuevo de esa grasa que tanto mejora su textura y su aroma.

Si no estás en una zona donde la temperatura sea excesivamente alta, siempre podrás recurrir a un lugar de tu cocina donde no dé el sol y se mantenga siempre cerrado. Como, por ejemplo, un cajón de la despensa.

Envuélvelo en plástico o papel film

Para proteger estos curados de las condiciones ambientales, no basta con guardarlos en una zona seca y fresca, sino que es mejor envolverlos para añadir una protección extra. En ese caso, debes envolverlo siempre con plástico o papel film. ¡Nunca con papel de periódico! Porque este podría acabar por mojarse con la propia grasa del producto, y provocar que este acabe por echarse a perder. No solo eso, sino que la tinta del periódico podría traspapelarse al embutido. No es tóxico, pero tampoco es recomendable. Todos tenemos papel film en casa, ¡así que es mejor elegir esta opción!

Otra alternativa es optar por un tupper o un recipiente que no permita que entre el aire. De esta manera, evitarás por completo la posible oxidación del producto. Si, además, lo guardas en un cajón dentro del frigorífico, ¡todavía mejor! Son muchas las neveras que tienen cajones específicos para alimentos frescos, y que consiguen evitar que la humedad los dañe.

Si optas por un tupper, descubrirás que no importa que ya esté previamente loncheado. Es una de las mejores alternativas para esas lonchas de jamón o de chorizo que te sobran, e incluso es una buena opción cuando te has pasado cortando fuet. Aunque, eso sí, no mezcles tipos de embutido. Es por una cuestión más de sabores que de perder calidad, puesto que se mezclarían todos los olores y eso haría que no disfrutases bien de cada embutido de forma individual.

Congelación

Si necesitas conservar el embutido durante un período de tiempo más prolongado, puedes congelarlo. Lo ideal es hacerlo en porciones individuales para facilitar su descongelación posterior. Descongela el embutido en la nevera para que poco a poco vaya volviendo a su estado anterior.

En general, la mayoría de los embutidos se pueden congelar, incluyendo:

  • Embutidos curados: Jamón serrano, chorizo, salchichón, fuet, etc.
  • Embutidos frescos: Butifarra, morcilla, salchichas, etc.
  • Embutidos loncheados: Ya sean curados o frescos, siempre que estén envasados al vacío o en un recipiente hermético.

Duración de los distintos tipos de embutido

La duración del embutido puede variar según el tipo y el método de conservación. Es fundamental conocer cuánto tiempo podemos mantener estos deliciosos productos para disfrutarlos en su punto óptimo. Aquí te damos una guía general sobre la duración adecuada de distintos tipos de embutido:

  • Salchichón y Chorizo: Estos embutidos curados suelen mantenerse en buen estado durante aproximadamente 2 a 3 semanas si se almacenan en un lugar fresco y seco. En el caso de las versiones envasadas al vacío, su vida útil puede extenderse hasta 3 meses.
  • Jamón Curado: El jamón curado, debido a su proceso de salazón y curación, tiene una duración prolongada. Puede conservarse durante meses e incluso años si se almacena en un lugar fresco y seco, preferiblemente envuelto en un paño transpirable o en una funda específica para jamón.
  • Embutidos Frescos (Morcilla, Butifarra): Estos embutidos requieren refrigeración y tienen una vida útil más corta. Por lo general, se recomienda consumirlos en un plazo de 3 a 5 días después de la compra. Si no se van a consumir de inmediato, es aconsejable congelarlos para conservar su frescura por más tiempo.

Lo que nunca debes hacer

Para terminar con esta ristra de consejos, queremos darte unos tips para evitar que tu embutido se seque o se eche a perder. Y qué mejor que decirte todo aquello que debes evitar hacer:

  • En primer lugar, jamás debes dejarlo en un lugar muy húmedo. La humedad es una de las peores amigas de estos productos, puesto que hace que se llene de moho y acabe por echarse a perder.
  • Tras esto, debes saber que nunca tienes que dejarlo en un lugar luminoso y muy seco. A menos que quieras que las lonchas se sequen por completo, se pierda la calidad de su textura y acabe prácticamente incomible.
  • No lo guardes en el frigorífico sin ningún tipo de protección, puesto que el frío podría acabar por dañarlo también. Lo mejor es apostar por un tupper, pero, si no tienes, te valdrá con papel film.
  • Intenta evitar cortarlo por completo, puesto que se conserva mucho mejor si no está loncheado. Si ya está cortado, lo mejor es envasarlo al vacío; no obstante, sabemos que no todos contamos con una máquina de envasar al vacío. En ese caso, siempre podrás recurrir al ya mencionado tupper.
  • La exposición a temperaturas extremas, ya sea calor o frío excesivo, puede alterar la calidad del embutido. Mantén los embutidos curados a temperatura ambiente fresca y los frescos en el refrigerador o congelador, según corresponda.

Conclusiones

En resumen, conservar correctamente el embutido es fundamental para disfrutar de todo su sabor y aroma. La temperatura, la humedad y la luz son factores clave que influyen directamente en su calidad. Al seguir estos consejos sencillos, como elegir el lugar adecuado de almacenamiento, utilizar envases herméticos y evitar cambios bruscos de temperatura, podrás prolongar la vida útil de tus embutidos y disfrutarlos en cualquier momento. Recuerda que cada tipo de embutido tiene sus particularidades, por lo que es importante adaptar la conservación a sus características específicas.

Con estos consejos, conseguirás mantener en mejores condiciones tu embutido ¡y durante mucho más tiempo! Si te han servido de utilidad, a continuación encontrarás algunos consejos para conservar el jamón

Por último, te dejamos con varios artículos relacionados con el sabroso y apetecible mundo de los embutidos:

▶️ ¿Tienes planeado un viaje y quieres saber si puedes llevar embutidos? aquí te explicamos si puedes subir jamón y embutido al avión

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