Todos consumimos embutido en nuestro día a día, ya sea de un tipo u otro. Hay quien apuesta por cenar alguna salchicha de pavo para hacer de su dieta algo más divertido, quien no puede pasar sin picar algo de fuet o quien prefiere el chorizo en las lentejas! Sea como sea, es innegable que los embutidos forman parte de nuestra vida. Pero ¿sabías la cantidad de tipos diferentes que hay en total? ¡Es una auténtica locura! Hoy te vamos a hablar de los tipos de embutido más importantes, esos que debes conocer y probar al menos una vez en la vida. Aunque seguro que hay algunos que ya has catado en más de una ocasión. ¡No te lo pierdas!

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Tipos de embutido más importantes (de la A a la Z)
Hay una gran cantidad de embutidos diferentes en el mercado, que se diferencian tanto por el proceso de elaboración como por la carne que se utiliza para realizarlos. En primer lugar, hemos querido hacer una pequeña clasificación de los tipos más importantes, organizados por orden alfabético para que te resulte más fácil encontrarlos todos.
Antes de adentrarnos en esta lista, debes saber que hay diferentes clasificaciones, puesto que hay algunos que se hacen de sangre, otros de carne picada, otros de vísceras y unos últimos que se denominan fiambres. Además, debemos diferenciar entre los que se denominan embutidos frescos y los que, tras ciertos procesos de ahumado, fermentación o curación, pasan a ser embutidos transformados. No te preocupes, porque vamos a ir viendo uno a uno todos los embutidos, y analizando sus características principales. Y, más adelante, veremos qué diferencia realmente a los embutidos frescos de los transformados.
Andouille
El andouille es un embutido ahumado con un sabor intenso y especiado, originario de Francia y popularizado en la cocina cajún de Estados Unidos. Su elaboración involucra diferentes cortes de cerdo, adobados con una mezcla de especias como ajo, pimienta y hierbas aromáticas. Este proceso le confiere un sabor único y ahumado que lo distingue de otros embutidos.
Butifarra
¿Quién no ha comido butifarra en alguna ocasión? Comenzamos fuerte, con este embutido fresco que se hace con carne picada de cerdo. Además, esta se condimenta siempre. Dependiendo de las especias que lleve, tendrá un sabor u otro. Es uno de los embutidos más conocidos y famosos, y hay pocas personas capaces de resistirse a su peculiar sabor. Se puede encontrar también la butifarra cocida, y hay una gran variedad en el mercado. ¡Es una auténtica delicia!
Cabeza de jabalí
La cabeza de jabalí es un embutido que se obtiene a partir de la cabeza de este animal (y a veces del cerdo). es rica en sabores intensos y carnosos, que se desarrollan durante el proceso de cocción lenta. La carne de la cabeza, especialmente alrededor de las mejillas y la mandíbula, es tierna y jugosa, mientras que otras partes como la lengua y las orejas pueden ser más firmes pero igualmente sabrosas.
Cecina
La cecina proviene de carne de vacuno, generalmente de las extremidades traseras del animal, y se somete a procesos de salado, ahumado y curado en entornos naturales. Este proceso de crianza realza las cualidades de este embutido, uno de los más apreciados en el mundo y en el que leoneses y asturianos son unos auténticos expertos.
Chistorra
Continuamos con la chistorra, un embutido que nació en Navarra y que también se realiza con carne picada de cerdo. Aunque, en ocasiones, puede encontrarse esta carne mezclada con la de res. Lo bueno es que esta última tiene un alto porcentaje en grasa, que le otorga un sabor indescriptible. No es un alimento que deba consumirse muy a menudo, ¡pero sí uno que se disfruta mucho!
Se caracteriza principalmente porque el proceso de curación es muy rápido, y porque la carne se suele embutir en una tripa, ya sea natural o no. Se consume tanto frita como asada, y es espectacular la sensación que deja en el paladar.
Chorizo
Pasamos ahora a uno de los embutidos más reputados de nuestro país: el chorizo. Normalmente, tiene un característico color rojo intenso, debido al pimentón con el que se adoba la carne de cerdo picada. Por regla general, se trata de la piel del intestino del cerdo. Y, aunque se consume de maneras muy diversas, lo normal es encontrarlo en guisos, en tapas o incluso en bocadillos. Tiene un sabor potente, ¡y se debe consumir con moderación!
Dentro del fascinante mucho del chorizo, podemos encontrar diferentes piezas. Aprende más acerca de los tipos de chorizo
Fuet
El fuet es un embutido típico de Cataluña, pero que cualquier paladar sabe apreciar. Tiene una forma de “látigo” muy característica, de ahí que reciba ese nombre; porque fuet, en catalán, significa justo eso. Se consume crudo, casi siempre como tapa, y su curación es algo más elevada que la de otros embutidos.
Lacón
El lacón es un embutido típico de la gastronomía gallega. Se elabora a partir de la pata delantera del cerdo, que se somete a un proceso de salazón, curado y ahumado, lo que le otorga su característico sabor y textura. Se suele presentar en piezas grandes, que luego se cortan en lonchas más delgadas para su consumo. Su sabor es ligeramente salado, con un toque ahumado y una textura firme pero tierna.
Es un alimento muy versátil en la cocina, se puede consumir tanto en lonchas finas como en cubos o trozos, y suele ser parte importante de platos tradicionales como el lacón con grelos.
Longaniza
La longaniza se caracteriza, sobre todo, por tener una forma muy alargada. Normalmente, se encuentra rellena de carne de cerdo picada que se condimenta con diferentes especias. La diferencia con respecto al fuet, por ejemplo, es que es más gruesa. Como curiosidad, debes saber que hay lugares en las que se la conoce como choriza.
Lomo embuchado
El lomo embuchado es un embutido curado y seco elaborado con la parte magra del cerdo, adobado con especias y posteriormente embuchado en tripa natural. Este embutido se caracteriza por su sabor intenso y su textura firme y jugosa, que lo hacen muy apreciado en la gastronomía española y otras culturas culinarias.
Morcilla
¿Quién no ha comido morcilla en alguna ocasión? Además, ¡hay muchos tipos! Todas ellas tienen en común que están hechas con sangre cocida, casi siempre de cerdo. A esta sangre se le suele añadir grasa para darle más sabor, especias y cebolla. Además, como así no tendría prácticamente volumen, se le introducen otros ingredientes como cereales, pan o arroz.
Mortadela
La mortadela es un embutido de origen italiano que se caracteriza por ser de forma cilíndrica y, a menudo, por su gran tamaño. A diferencia del salchichón, la mortadela es mucho más gruesa y su sabor es menos graso. Se elabora a partir de carne triturada, que puede ser de cerdo y/o de vacuno, junto con grasa de cerdo. En ocasiones se añaden especias para potenciar su sabor y aroma.
Salami
El salami se ha vuelto muy famoso en estos últimos años por su característico sabor. Normalmente, se realiza con carne de cerdo y de res, ambas mezcladas. Además, se lleva a cabo un proceso de ahumado o curado, dependiendo del tipo, para conseguir que ambas se integren y nos permitan disfrutar de su increíble sabor.
Pese a que se parece al salchichón, ¡guarda diferencias que cualquier paladar notaría! Y es una auténtica delicia en una pizza.
Salchicha
No hay nada más socorrido que una salchicha, ya sea de Frankfurt o de Viena. La primera está hecha con carne de cerdo en su tripa natural, sometida a un proceso de ahumado que hace que su sabor cambie por completo. Por otro lado, la de Viena se caracteriza por ser una mezcla de ternera y cerdo. Ambas son un plato muy consumido en nuestro país, ¡e incluso se usan como relleno de los famosos perritos calientes!
Salchichón
El salchichón viene de antaño, puesto que ya los antiguos griegos y romanos lo consumían. Se hace con carne de cerdo, dejando incluso algo del tocino de este animal, y se condimenta con diferentes especias. Las más comunes son sal, pimienta, clavo, cilantro e incluso nuez moscada. Se suele consumir como tapa, aunque hay quien lo disfruta también en bocadillo.
Sobrasada
Por último, llegamos a la sobrasada, un embutido crudo que también tiene como base la carne de cerdo. Su sabor es potente, quizá porque se suele condimentar con pimentón, pimienta negra y sal. Además, requiere una maduración algo más lenta.
Se puede consumir de diferentes maneras, aunque la más común es untada directamente en el pan. Proviene de las Islas Baleares, y se considera incluso una parte de su historia y tradición.
Embutidos por tipo de contenido
Como ya hemos señalado antes, hay diferentes tipos de embutido o tipos de charcutería dependiendo de lo que contenga. Podemos distinguir cuatro tipos diferentes, que vamos a ver a continuación.
Embutidos de carne
Los embutidos que más se consumen en España son los de carne, ¡y también en el resto del mundo! Y es que, dentro de esta categoría, encontramos algunos tan reputados como el fuet, el chorizo, el lomo o la butifarra. Son un plato socorrido, una tapa deliciosa y un manjar para nuestros paladares.
Embutidos de sangre
Los denominados embutidos de sangre, como la morcilla, se realizan directamente con la sangre del animal. Son menos apreciados que los anteriores, ¡pero eso es por desconocimiento! Porque su sabor es increíble, y hacen que cualquier plato tenga un toque totalmente diferente.
Embutidos de vísceras
Los embutidos de vísceras, como la longaniza, se realizan normalmente con las tripas y las entrañas de los animales. Dentro de esta categoría encontramos uno de los embutidos más consumidos a nivel internacional: ¡la salchicha!
Fiambre
Por último, llegamos a los fiambres, que son los embutidos más numerosos que podrás encontrar. Se pueden comer crudos, cocinados, en bocadillos, como tapas… ¡Son muy versátiles! Y seguro que están presentes en tu día a día, al menos de forma esporádica.
Diferencia entre embutidos frescos y transformados
Por último, queremos dejar claro algo que ya hemos mencionado, y es la diferencia entre los conocidos como embutidos frescos y los embutidos transformados. Los primeros, los frescos, son aquellos cuya elaboración se realiza en crudo. Es decir, que no hay ningún tipo de curado o de proceso de maduración de por medio. Por otra parte, encontramos los transformados. Estos sí que han sufrido alguna fermentación, algún ahumado, alguna curación o incluso han pasado por una cocción. Son los más numerosos y, además, los más consumidos.
Y ahora que ya lo sabes todo sobre los embutidos, solo queda lo más importante: ¡disfrutarlos!
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